Mi trayectoria de vida durante mucho tiempo se podría definir como errante, viajera y un poco nómada. Vengo de un pueblo del sur de Italia, de allí me fui con 18 años para realizar mis estudios universitarios en el norte. Entre un viaje y otro terminé mis estudios y pasé a vivir durante varios años en Bruselas y en París, antes de aterrizar en Barcelona que sigue siendo aún hoy mi cobijo.

Desplazarme y cambiar de sitio siempre ha sido un elemento presente, tanto a nivel personal cómo en la vida profesional. La riqueza que ofrece un viaje, un nuevo entorno y cualquier contacto con personas y culturas diferentes, cercanas y lejanas, siempre ha sido un factor que me ha ayudado a ampliar mis conocimientos, a crecer como persona y a liberarme de prejuicios y patrones mentales. Viajar siempre ha tenido un atractivo muy fuerte para mí, y principalmente atraído por viajes de carácter más exótico, inusuales, cargados de culturas milenarias, lejos de espacios urbanos y masificados, y siempre sumergidos en la naturaleza. En el contacto con la naturaleza siempre he encontrado un mayor contacto conmigo mismo, una manera más auténtica de experimentar mi propia vida, dejando que el entorno natural me enseñase de manera muy consciente su funcionamiento, sus reglas y los límites que tenemos como seres humanos en interactuar con él.

Experiencias inolvidables entre las tierras de Nepal, Tíbet, Mongolia, Alaska, Jordania, Irlanda, Vietnam o Australia entre otros, han contribuido al desarrollo de una visión muy abierta del mundo y de las personas, percibiendo las deficiencias de la vida moderna y experimentando en qué medida la pérdida de contacto con la naturaleza representa un elemento de desconexión de quién somos y de lo que estamos haciendo con el planeta. He cultivado siempre una gran pasión por el entorno natural, acercándome a toda actividad que me pusiera en contacto con el aire libre y la naturaleza: caminar en los bosques, subir las montañas, navegar en barco, bucear en el mar. Soy guía de baños de bosque y encuentro que los paseos conscientes en los bosques son una forma muy poderosa de volver a estar en contacto con la naturaleza y de sentirse mejor.

En asTara he reelaborado esta pasión, con la idea de acompañar las personas en desarrollar una experiencia y conexión con la naturaleza que les proporcione bienestar personal de una manera más directa y profunda.

Me he acercado con los años al mundo del autoconocimiento y del desarrollo personal, encontrando en el mindfulness y la meditación una herramienta que me ha ayudado a desarrollar mayor calma y una forma más consciente y atenta de relacionarme con mi entorno y las situaciones diarias. He encontrado en el método MBSR una herramienta muy poderosa para aprender a gestionar emociones y estrés y he decidido hacer llegar sus beneficios a otras personas; por esta razón me formé como instructor de mindfulness y más en concreto de este programa para la reducción de estrés.

En general en el resto de mi vida profesional he evolucionado como ejecutivo y luego como directivo en el mundo de las ventas y del marketing, teniendo la ocasión de trabajar con equipos de personas muy diferentes, por procedencia, edad y formación, enriqueciendo mi experiencia profesional y personal con las aportaciones de cada una de ellas. He aprendido mucho de las diferentes situaciones y del funcionamiento de las empresas, y habiendo vivido situaciones muy intensas y estresantes he desarrollado progresivamente la idea de querer contribuir de manera más eficaz y activa a fomentar el bienestar en los entornos de trabajo, para que las organizaciones sean más conscientes y las personas más atentas a su propio bienestar.